Divulgación Técnica en Ganadería
LA CONSANGUINIDAD ¿ES BUENA O MALA?
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Braford Argentino |
LA CONSANGUINIDAD ¿ES BUENA O MALA?
En
los últimos años el término consanguinidad se ha puesto de moda entre
productores y empresarios del sector de bovinos, tanto a nivel nacional
como internacional. Por desgracia, la información que circula de boca en boca
puede llevar a malentendidos y errores. A continuación les comparto conceptos y reflexiones sobre la
consanguinidad en ganadería bovina, que pueden ayudar a aclarar algunos
de los mitos más comunes que existen actualmente.
¿QUE ES LA CONSANGUINIDAD?
Para
comprender qué significa la consanguinidad en términos prácticos, son
necesarios algunos conocimientos básicos sobre genes y alelos. El bovino tiene 30 pares de cromosomas y cada
gen tiene un lugar designado en cada cromosoma, que se llama locus. Los alelos
son cada una de las formas variables de un gen en un locus y cada alelo produce
variaciones en las características hereditarias. Cada animal recibe un alelo de
cada progenitor. Cuando un animal recibe el mismo alelo de su padre y de su
madre –y, por tanto, tiene los mismos alelos para un mismo gen– se dice que es
homocigótico para ese gen, mientras que los animales con diferentes alelos para
el mismo gen son considerados heterocigóticos. Los animales con ancestros
comunes tienen más probabilidades de haber heredado el mismo alelo de un gen de
cada uno de los padres que los animales con ancestros no emparentados. Por lo
tanto, en términos sencillos, los valores de consanguinidad, expresados como
porcentajes, reflejan la “probabilidad” de que un animal herede un gen idéntico
de su padre y de su madre, que a su vez lo recibieron de un ancestro común.
¿COMO SE MIDE LA CONSANGUINIDAD?
Los
programas informáticos se utilizan para calcular los valores de consanguinidad
en base a toda la información disponible del pedigrí. Esto significa que el
porcentaje de consanguinidad de un animal depende de la cantidad de datos
recogidos sobre el pedigrí. Por ejemplo, el valor de consanguinidad calculado
de un animal con padre conocido y madre no registrada siempre será de 0,0% ya
que se considera que los padres no tienen ningún parentesco. De igual forma,
los valores de consanguinidad calculados sobre dos o tres generaciones del
pedigrí siempre serán más bajos que los calculados sobre datos completos del
pedigrí, de diez o incluso veinte generaciones. Esto significa que todos los
valores de consanguinidad estimados están en función de lo completa que sea la
información del pedigrí utilizado en su cálculo. Por ejemplo, cuando para el
cálculo se utilizan todos los pedigrís disponibles, el nivel medio de
consanguinidad de las novillas Holstein nacidas en 2007 es de 5,6%, pero el
nivel baja al 2,6% cuando sólo se consideran los ancestros nacidos durante los
últimos 40 años. Esto nos lleva a un aspecto importante en lo que se refiere a
los valores de consanguinidad utilizados por los programas de acoplamiento
genético por I.A.
Como
cada programa utiliza diferentes cantidades de información genealógica, los
coeficientes calculados pueden infraestimar la consanguinidad automáticamente si
se dispone de menos datos. Esto significa que las recomendaciones de
acoplamiento resultantes serían diferentes a pesar de que los programas puedan
sugerir el uso de un nivel mínimo común de tolerancia a la consanguinidad
(6,25% por ejemplo). La única forma de que todos los programas de acoplamiento
sean iguales en los valores de consanguinidad es que se calculen exactamente en
base a los mismos datos de pedigrí.
LA CONSANGUINIDAD ¿ES BUENA O MALA?
Un mito muy común sobre la consanguinidad es que siempre tiene un efecto negativo e indeseable. Retrocediendo en la historia es fácil encontrar ganaderos de élite que utilizaban “acoplamientos en línea” para concentrar los genes positivos en la progenie, lo que se conseguía con el apareamiento entre miembros de la misma familia. Los animales resultantes eran, por lo tanto, más consanguíneos de lo normal, pero el aumento de la homocigosis de sus genes los hacía un grupo más uniforme. Teniendo esto en cuenta, la consanguinidad no siempre es mala y, de hecho, puede ser deseable para ciertos acoplamientos específicos. Por otro lado, para la viabilidad de una raza a largo plazo, la selección genética requiere una variación genética, y ésta disminuye cuando aumentan los niveles de consanguinidad de la población. Los animales consanguíneos experimentarán cierto grado de depresión consanguínea para determinados caracteres, lo que básicamente significa que el rendimiento para esos caracteres se reducirá debido a la consanguinidad. Un segundo mito sobre la consanguinidad es que el efecto de esta depresión es el mismo para todos los animales con el mismo coeficiente de consanguinidad. Esta afirmación es falsa por varias razones. Primera, como ya se ha dicho, dos animales pueden tener el mismo coeficiente de consanguinidad calculado, pero no son realmente iguales si uno se basa en un pedigrí mucho más completo que el otro. Segunda, como se ha explicado previamente a grandes rasgos, los valores de consanguinidad son “probabilidades”. Sin analizar la estructura exacta del ADN de ambos animales es imposible saber realmente qué genes ha heredado al azar, cada animal, de sus padres. Por ejemplo, dos animales con un coeficiente de consanguinidad calculado del 8% tendrán diferentes grados de homocigosis en los genes que han heredado, por lo que su verdadero coeficiente de consanguinidad variará de su valor calculado, lo que ocurre incluso cuando los dos animales son hermanos completos.
¿QUE IMPORTANCIA TIENE LA CONSANGUINIDAD?
Una percepción común entre los ganaderos es que cualquier descenso observado en la eficiencia reproductiva de su rebaño, se debe al aumento en los niveles medios de consanguinidad de la población de ganado vacuno de leche. Dado el efecto relativamente pequeño de la depresión consanguínea sobre los baremos de fertilidad, no es una razón de peso para querer controlar la consanguinidad. Algunos ganaderos están totalmente en contra de cualquier acoplamiento que pueda producir una progenie con un coeficiente de consanguinidad superior al nivel de tolerancia fijado, digamos el 6,25%. Como es necesario controlar la tendencia de la consanguinidad en cada raza y en cada rebaño, el uso estricto de unos niveles mínimos de tolerancia no es la forma ideal de controlar la consanguinidad. Esta práctica podría tener grandes consecuencias sobre la mejora genética alcanzada. La mejor forma de controlar el nivel de consanguinidad es equilibrar los beneficios del progreso genético con los efectos no deseables de la depresión consanguínea, tanto a corto como a largo plazo.
Es oportuno comentar que la consanguinidad cada vez
preocupa más a los ganaderos de todas las razas de bovinos debido a altos niveles
que se están observando en las generaciones recientes. Este aumento de la
consanguinidad es el resultado del progreso genético en una población y hay que
controlarlo. Es necesario un equilibrio entre las altas tasas de ganancia
genética y el incremento de los niveles de consanguinidad. Aunque los programas
informáticos son un medio excelente para identificar los acoplamientos que
pueden producir descendencia con una alta consanguinidad, para descartar
posibles cruces es preferible tener en cuenta los niveles esperados de
depresión consanguínea en vez de utilizar los niveles mínimos de tolerancia.
Los coeficientes de consanguinidad calculados sobre un animal dependen de lo
completa que sea la información genealógica y reflejan simplemente la
“probabilidad”, no necesariamente la realidad, que tiene un animal de haber
heredado un gen idéntico de ambos progenitores, que éstos han recibido de un
ancestro común
¿ QUE ES LA DEPRESIÓN CONSANGUÍNEA ?
La mejora genética se logra seleccionando machos y hembras superiores como padres para la siguiente generación. Esto ocurre tanto a nivel de rodeo como para nivel mundial en general. Las evaluaciones genéticas son necesarias para identificar de forma precisa los mejores animales de cada raza. Una consecuencia negativa de estas estrategias de selección genética es que, probablemente, los animales superiores de futuras generaciones estarán genéticamente relacionados con los animales de la élite actual. Esto significa que el aumento a lo largo del tiempo del nivel medio de consanguinidad es también un subproducto natural de la selección genética. Como se ha mencionado antes, la estrategia ideal de mejora genética equilibra la ganancia genética con el aumento de los niveles de consanguinidad. La razón por la que el aumento de los niveles de consanguinidad normalmente se considera indeseable es que (1) disminuye la cantidad de variación genética en la población disponible para la futura selección, y (2) da como resultado un descenso en el rendimiento de los animales consanguíneos para ciertos caracteres.
Esta reducción de la eficiencia
se llama “depresión consanguínea”. Esto nos lleva a dos conclusiones claras respecto al control de la
consanguinidad. Primera, es obvio que los ganaderos quieren y están en
condiciones de evitar acoplamientos que produzcan animales con niveles de
consanguinidad superiores al 10%. Segundo, los efectos de la depresión
consanguínea en realidad sólo tienen un efecto práctico sobre la mejora
genética dentro de una raza cuando el nivel de consanguinidad de la progenie
resultante varía dentro del rango inferior al 10%
¿QUE IMPORTANCIA TIENE LA DEPRESION CONSANGUINEA?
Son varios los investigadores que
a nivel mundial han analizado el efecto de la depresión consanguínea en
determinados caracteres de interés en poblaciones de ganado bovino. Por lo
general, dentro de los niveles de consanguinidad encontrados en dichas poblaciones
(por ejemplo, más de 15-25%) cualquier efecto de depresión consanguínea ha sido
lineal, lo que significa que es constante con cada incremento del 1% de
consanguinidad. Como en investigaciones previas en este área, se observan algunos
niveles de depresión consanguínea en caracteres de producción, en la fertilidad
de las hembras, en el desarrollo del parto y en la longevidad. No se
encontraron efectos significativos sobre los caracteres de tipo y sólo se encontró un pequeño efecto para otros
caracteres funcionales.
Como estos efectos
negativos de consanguinidad representan algunas pérdidas económicas, es
necesario sopesar la ganancia genética adicional que podemos esperar de cada
apareamiento. En el mejor de los casos, los programas de apareamiento deberían
deducir los efectos combinados de la depresión consanguínea del mérito
genético total que se espera de cada acoplamiento, en vez
de utilizar un nivel mínimo de tolerancia a la consanguinidad para evitar
apareamientos específicos.
Hasta nuestro próximo encuentro ganadero !!!
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